A los 78 años murió Tim Page, el fotógrafo de guerra que marcó una época. Page llegó a Vietnam en 1965, a los 20 años, y en los cuatro años que paso allí retrató con total libertad y sin miedo imágenes de los combates que contribuyeron a cambiar el rumbo de la guerra. Temerario e irreverente, Page se acercaba tanto a los lugares donde tenía lugar la acción en la guerra, que resultó herido cuatro veces. Su muerte, a causa del cáncer, ocurrió en su propia casa en Nueva Gales del Sud, en Australia.
El fotógrafo inglés, con una carrera de medio siglo en numerosos países, se hizo famoso por su serie de imágenes descarnadas de la Guerra de Vietnam. Con una cámara Leica al hombro y un cigarrillo en la boca, Page pasó gran parte de los años sesenta en los deltas y selvas de Indochina, capturando imágenes que definirían la guerra y una era.
Cualquier foto de guerra es una foto antiguerra
Tim Page



En su libro «Dispatches», el autor Michael Herr calificó a Page como el más extravagante de los «locos que andaban corriendo por Vietnam». Pero también, Page fue el autor de la frase: «Cualquier foto de guerra es una foto antiguerra», que declaró en un reportaje realizado por Bradley Scott y publicado por la revista Vice en 2013.
Page pasó su infancia en un orfanato inglés, una experiencia que según su amigo Luke Hunt lo hizo «muy bueno en caerle bien a la gente». En 1964 llega a la fotografía por ser el único extranjero con una cámara en territorio de Laos, durante un intento de golpe de Estado. Luego, en Vietnam, aprendió fotografía de otros más experimentados e ingresa al periodismo con la agencia United Press International con la que llegó a convertirse en el símbolo de una raza de fotoperiodistas intrépidos, poco convencionales y sin tapujos.





En tan solo cinco años recibió cuatro heridas, la más grave lo dejó un año convaleciente (al estallar una mina perdió un trozo de cerebro por la metralla). Eso no impidió que se escapara al Festival de Woodstock en muletas, o que fuera preso junto a Jim Morrison y otros periodistas por consumo de drogas en un recital. De esta manera, se convirtió en una especie de mito viviente. Tal era su fama de loco y casi suicida, que muchos colegas desistían de trabajar con él porque estaba «demasiado loco».
En 1997, Page recibió el Premio Robert Capa por el libro Requiem, publicado junto a Horst Faas. El libro era una especie de homenaje ya que contaba con material de fotógrafos muertos, de todas las nacionalidades, en Vietnam e Indochina durante 30 años.
Para conocer más del fotógrafo de guerra Tim Page: http://www.timpage.com.au/