Fotoperiodismo en cuarentena: cuatro fotoperiodistas hablan de las características de su trabajo durante el confinamiento por la COVID-19. Impresiones en vivo.
Producción Bárbara Continanza
Enrique García Medina
Fotógrafo freelance en Buenos Aires
“En los últimos meses estoy haciendo trabajos para los diarios Página 12, Clarín, La Nación, El País de España y para la revista Gente. Mi rutina de trabajo es estar alerta y atento, ver cuál es el tema o los temas que más sobresalen de la agenda diaria. Tengo que cuidar mi salud, así que, salgo lo indispensable y manteniendo distancia; no tomo transporte público, salgo en mi auto. Me puedo mover bien con el permiso de tránsito, con la credencial de fotoperiodista y siempre mostrando la cámara para que me dejen avanzar cuando la calle está trabada. En Buenos Aires veo que la gente en general se cuida, usa el barbijo y es respetuosa con las distancias. Personalmente me interesa caminar por los lugares donde caminaba siempre y ver qué tan vacíos están. Cambió mucho la vista de la ciudad”.
Juan Ignacio Roncoroni
Fotógrafo de la Agencia EFE en Buenos Aires
“Hasta que comenzó el aislamiento hacía más o menos el mismo trabajo que ahora, solo que antes mis coberturas eran más variadas. Al trabajar en una agencia internacional cubrimos mucho deporte, mucho fútbol, y ahora estamos asignados, básicamente, a registrar la cuarentena. Antes de comenzar la semana me reúno por videoconferencia con mi jefa, con algunos compañeros periodistas, y vamos diagramando un poco hacia dónde ir. Claramente, hubo momentos en que el trabajo se desbordó, como con la cobertura de los geriátricos, pero nada grave. Fui a asentamientos, a barrios vulnerables, a la villa 31, a la 21-24 en el barrio porteño de Barracas; siempre me acompañó la policía, que está colaborando con el trabajo de la prensa. Estos dos meses fueron de aprendizaje para mí. Vi realidades distintas, a veces muy diferentes a las que muestran los medios. Pude observar que en los barrios vulnerables y en las villas la gente se está esforzando por cumplir con el asilamiento, son conscientes de que su situación desfavorable los expone a la enfermedad más que a otros. También presencié el trabajo que se está realizando en algunas zonas de reparto de alimentos en comedores comunitarios y cómo los vecinos se organizan para intentar que todos tengan un plato de comida”.
Ricardo Pristupluk
Fotógrafo del diario La Nación en Buenos Aires
“Trabajo en el diario desde hace 24 años. Mi rutina de trabajo es de martes a viernes, que son los días que salgo a hacer fotos, y el sábado edito la página web. Antes del aislamiento, llegaba a las ocho de la mañana y allí me enteraba si tenía alguna nota o entrevista. Ahora, salgo todos los días con el mismo remís que me pasa a buscar. A veces me encuentro en el lugar de la cobertura con el periodista y otras veces, la hacemos cada uno en momentos distintos. Utilizo un buen barbijo, llevo en el bolso junto al equipo un rociador con alcohol al 70%, alcohol en gel para las manos, y cuando regreso a casa me quito el calzado y la ropa, me higienizo y recién allí saludo a mi familia. No quiero exponerlos a ningún peligro. Durante este tiempo pude hacer mi trabajo sin mayores complicaciones. A veces hay mucho tránsito para ingresar o salir de la ciudad hacia provincia porque el paso a través de los controles no está muy bien organizado”.
Facundo Pechervsky
Fotógrafo freelance en Madrid, España
“Cuando llegué a España, desde Buenos Aires en el 2000, me dedicaba a cubrir la actualidad relacionada a la Argentina. Luego, me volqué a la fotografía de prensa corporativa e institucional para la Embajada Argentina en Madrid. Actualmente, también envío material al diario Infobae y produzco imágenes de actualidad para algunas empresas españolas. No tengo una rutina de trabajo. Intento cubrir los temas del día en Madrid. Puedo registrar sin problemas la calle, aunque por las medidas de cuidado durante la cuarentena no paso mucho tiempo parado en un mismo lugar. Eso implica que tenga que trabajar con mayor agilidad. En los accesos y dentro de la propia ciudad hay mucha policía haciendo seguridad. En los primeros días de la cuarentena me pararon varias veces pidiéndome acreditación. Al caminar por las calles vacías de Madrid, una ciudad con un latido tremendo y muy ruidoso, me da la impresión de estar en un set de una película, me genera vértigo y una sensación de no saber bien qué es lo que pasa”.
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