Walter Ferrari, licenciado en Genética y fotógrafo apasionado por la macrofotografía, nos habla de la belleza invisible de lo pequeño.
El especialista en macrofotografía, Walter Ferrari, es de la ciudad de Los lapachos, provincia de Misiones. Su infancia vivida en la voluptuosa biodiversidad despertó su curiosidad por la naturaleza que se ve reflejada en sus trabajos fotográficos. Doctor en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), en su caso la macrofotografía fue tomando forma mediante cursos, buceando en internet y rodeándose de amigos fotógrafos.
1.¿Cómo comenzó tu interés por la macrofotografía?
En el 2013 estaba atravesando una crisis personal y sin saber muy bien el motivo me compré una Canon T3. Antes de eso, sólo sacaba fotos como un turista. Un amigo me guió en mis primeros pasos. Además, veía sus fotos en Facebook y me entusiasmaba el resultado.
Al poco tiempo me compré una Canon 7D, y de los primeros tubos manuales de extensión de origen chino y un 50mm 1:8, pasé a otros un poco más sofisticados con conexión de autofoco y control de diafragma. Luego vino un 50mm 2.5 Compact-Macro y así mi equipamiento mejoró bastante. Lo usaba sólo o combinado con tubos de extensión, incluso empecé a adicionar dos o tres juegos de tubos. Conseguí que la ampliación de la imagen fuera muy grande, y fui incorporando la suma de imágenes por software. Es decir, tomaba unas 3 ó 4 fotos con foco a distinta profundidad, las sumaba en Photoshop y obtenía una imagen un poco más completa. Hoy, que puedo disponer de un buen objetivo Macro, pienso en el viejo 50mm y en los tubos manuales, y siento que salté de un tractor a un F1.
2.¿Alguna preferencia con los insectos que elegís fotografiar?
Solo fotografío “bichos” vivos o encontrados muertos. En este último caso, los pincho con una aguja y los fijo a la mesa con un poco de plastilina. Así es más fácil moverlos para ajustar el encuadre. La cámara va apoyada en la mesa con algún elemento para ajustar la altura, pero siempre fija, si no resulta imposible poner en foco. El próximo paso es colocar el o los flashes hasta encontrar la iluminación apropiada, y a veces puedo sumar una cartulina negra en el fondo para destacar mejor el primer plano.
3.¿Cuáles son los cuidados que tenés que tener con tus retratados?
Hay situaciones difíciles de controlar. Podés encontrarte con un insecto en alguna rama y tener la oportunidad de hacer solo un disparo: la luz del flash o la sola presencia del fotógrafo puede espantarlo. Desde luego que, para estos casos, el equipo ayuda y mucho. Si se tiene la posibilidad de contar con un objetivo macro de distancia focal larga, 100, 150 o 180mm, nos va a permitir mantenernos más alejados del insecto y como consecuencia evitar que se espante o vuele. Además del precio, los objetivos de mayor distancia focal tienen como contra el peso, y puede que las imágenes salgan movidas. Para evitarlo existen en el mercado versiones con estabilizador de imagen. También un destello de flash de poca intensidad ayuda a congelar la imagen. Eso sería el caso ideal para hacer macrofotografía.
4.¿Cuáles son los elementos imprescindibles en tu especialidad?
En macrofotografía son imprescindibles los flashes cuando se usan tubos, por la pérdida de luminosidad. Para este tipo de imágenes hay que disponer de mucha luz. También, es muy importante la paciencia y tener bastante clara la técnica.
5.¿Algún consejo a los que se quieran iniciar en macrofotografía?
Se pueden hacer muy buenas fotos utilizando tubos de extensión, lentillas de aproximación (close up), lentes invertidos, fuelles, y más. Como experiencia personal, lo mejor es arrancar con este tipo de objetos antes de empezar directamente con un objetivo macro. Desde luego que va a costar más hacer las fotos, y puede ser muy frustrante al principio, pero lo que se aprende de esta manera es incomparable.
