Con una larga lista de prestigiosos premios internacionales, Alejandro Chaskielberg aporta una mirada original en cada uno de sus trabajos de fotografía nocturna. En su registro documental, los personajes que pueblan el delta del río Paraná en Argentina, las tribus del Norte de Kenia o los supervivientes del tsunami en Japón, son algunos de los protagonistas. Y las fotografías nocturnas de larga exposición y con un toque sobrenatural, su sello personal.

1. ¿Qué dice de vos la fotografía nocturna?

Es una fotografía que tiene que ver con mis intereses más plásticos. En este tipo de fotografía encontré la posibilidad de trabajar con la luz, con los colores y de pasar mucho tiempo fotografiando, que es lo que más me gusta. Porque necesitás de cinco a seis horas para hacer una toma. Hay que esperar a la luna, o a que se vaya una nube. Pero es importante encontrar el proyecto donde tenga sentido fotografiar de noche. 

2. ¿Siempre hiciste fotografía nocturna?

El primer trabajo fue Nocterama, una especie de bosquejo de La Creciente. Con La creciente  pasé dos años viviendo en el delta del Paraná para hacer esa serie que luego se convirtió en libro, y las tomas las hice en noches de luna llena. De ahí en más, no paré. Aunque, en muchos trabajos, mezclé fotografía nocturna y diurna.

La Creciente_Chaskierlberg
El resplandor de Rolando Paiva (2009). De la serie, La Creciente, retrato a Luna Paiva.
Fotografía nocturna_Alejandro Chaskierlberg
Familia bajo las estrellas (2011). De la serie Turkana, Kenia.
fotografia nocturna_Contrastes
Lara en Central Park (2014). Retrato de mi hija Lara, durmiendo en Central Park, Nueva York, EEUU.
Fotografía nocturna_Alejandro Chaskielberg
La nueva campana (2015). De la serie Otsuchi Future Memories.
Casa flotante (2013). De la serie Otsuchi Future Memories.
Casa flotante (2013). De la serie Otsuchi Future Memories.
Casa de luz (2014). De la serie Otsuchi Future Memories.
Casa de luz (2014). De la serie Otsuchi Future Memories.
La ventana (2011). De la serie Turkana.
La ventana (2011). De la serie Turkana.
Moreno (2016). De la serie Laberinto.
Moreno (2016). De la serie Laberinto.

3. ¿Qué le aporta a la situación hacer las tomas de noche?

Por ejemplo, en el trabajo en Kenia, comisionado por una ONG para documentar la sequía y la hambruna de la población turkana, querían que hiciera fotografías nocturnas para poder hablar de los sueños. Y también poder mostrar su gente, a pesar de la falta de alimentos y agua, seguía teniendo deseos y dignidad. De noche era más fácil olvidarse de su situación. En Otsuchi, Japón, también fue especial porque invité a los supervivientes del tsunami a ser fotografiados entre los escombros de sus casas. En este tipo de foto se tienen que quedar quietos, se adoptan posiciones más cercanas a la pintura. Y en esos rostros se podía percibir sufrimiento. 

4. ¿Y el equipo importa?

Para mí sí porque soy una persona que, básicamente, se desarrolla a través de la técnica. Para mí la técnica es lenguaje. Pero para otros, el lenguaje puede ser la historia en sí misma o cualquier otro factor. Yo tengo un maletín imaginario lleno de técnicas y de intereses visuales, como la fotografía coloreada. También tengo un maletín real lleno de linternas con balances diferentes y algunas tienen color. Trabajo con muchas cámaras, pero para el trabajo artístico y personal me gusta usar película. 

5. ¿Cómo planificás las tomas?

De día voy al lugar pero sin la cámara. Trabajo más como antropólogo que como fotógrafo. Porque lo que más me importa es la gente. La mayoría de mis fotos son retratos, así que hablo con la gente, me cuentan su historia y a partir de ahí se me dispara la idea. El encuadre lo armo a la tarde. La gente se ubica o la ubico yo con lo que veo detrás de la cámara. Me paso muchas horas mirando a través de la cámara, antes de hacer la toma.

Fotografía nocturna Alejandro Chaskielberg_Contrastes Revista de fotografía

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