Fue el fotógrafo más representativo de Hong Kong, a mediados del siglo pasado. Artista polifacético, pero sobre todo, maestro de la fotografía callejera, su obra revela una ciudad fantástica a medio camino entre lo antiguo y lo moderno.

Fotos COPYRIGHT DE FAN HO, 2016, CORTESÍA DE THEMES+PROJECTS, SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, USA
Texto MANUEL CANTÓN

Fan Ho fotografiaba sombras. Sus imágenes siempre presentaban un misterio: un movimiento desdibujado, un hombre en la niebla, un cuerpo oculto en la oscuridad. Él sabía que no hay nada más atractivo que aquello que está velado. Fan Ho también se ganó el nombre de “El Cartier-Bresson
asiático”. Esa comparación es un lugar común: cualquier gran fotógrafo surgido en la periferia corre ese riesgo. Pero también es algo intencional, porque él no ocultaba su fanatismo por el maestro francés, a quien citó sin parar. Pero, como toda imitación hecha en otra tierra, ese viaje la transforma y la reinventa. Fan Ho copió una técnica para producir algo distinto. Encontró en la imitación una manera de hacer algo original.

Atardecer en Aberdeen.

Patrón.

Peligro.

Between showers.

Infancia.

Rayos de sol.

Ayudante de mamá.

W.